Patagonia | Y MAYOR PROVEEDOR DE LÚPULO DE SUDAMÉRICA
El Bolson, el reino de la Cerveza Artesanal
Durante febrero, El Bolsón pone en primer plano a su producto estrella: la cerveza artesanal. De los cuatro componentes básicos que requiere la producción de esta bebida (agua, malta, levadura y lúpulo), la mayor producción de este último se concentra en El Bolsón y es distribuido a toda Sudamérica.
13.02.2019 11:04 | Turismo & Gestión |
En la Patagonia Argentina, inmerso en el misticismo de los bosques Andinos y a la sombra de la imponente Cordillera de los Andes, se encuentra El Bolsón. Ubicado al sur de la provincia de Río Negro sobre la Ruta Nacional Nº 40, a 120 kilómetros al sur de Bariloche y 180 kilómetros al norte de Esquel. Esta singular ciudad con alma de pueblo, propone la experiencia de conjugar el entorno natural y la prestación de los mejores servicios, con la ideología de la sostenibilidad como eje principal. Comprendido dentro del Corredor de los Andes, El Bolsón propone en febrero, una increíble experiencia perfumada de lúpulo: sumergirse en la Cuna de la Cerveza Artesanal de Argentina.
Durante febrero, El Bolsón pone en primer plano a su producto estrella: la cerveza artesanal. De los cuatro componentes básicos que requiere la producción de esta bebida (agua, malta, levadura y lúpulo), la mayor producción de este último se concentra en El Bolsón y es distribuido a toda Sudamérica.
Es el mes donde históricamente sucede la cosecha de lúpulo, El Bolsón lleva a cabo su principal celebración: la Fiesta Nacional del Lúpulo, evento gratuito y de carácter familiar. En 2019, en el predio del Polideportivo Municipal se vestirá de fiesta entre el 22 y el 24 febrero con su cuadragésima quinta edición con la presencia de artistas de renombre como Los Pericos, Los Palmeras y Axel. Además, la Fiesta Nacional del Lúpulo es la excusa ideal para compartir una experiencia de tres días donde encontrar gastronomía local –incluyendo propuestas de alimentación saludable-, artesanías regionales, sector de juegos infantiles, espectáculos artísticos de gran calidad, intervenciones en vivo, y muchísimas sorpresas más.
En la misma se dará cita a más de 20 cervecerías artesanales de distintas partes del país, conformando el mayor patio cervecero Patagónico, entre las que contamos con las locales y regionales: diferenciadoras de acuerdo a su producción en pequeña escala, lo que preserva el espíritu y la tradición.
Ampliando la propuesta, paralelamente, del 21 al 23 se dará el Festival de la Cosecha del Lúpulo en su tercera edición. Este evento convoca, a cientos de personas de todo el mundo vinculadas a esta producción, con una innovadora propuesta: un genuino lupular, shows culturales, gastronomía local y, el ansiado producto final… la cerveza artesanal en El Bolsón. En el Festival de la Cosecha, la organización –a cargo de Matías Díaz y su equipo– ofrece a los visitantes subirse a un tractor, agarrar un machete e incluso recorrer 120 metros sobre una plantación lupular con una tirolesa.
La mejor IPA y Congreso para especialistas
Por primera vez, en esta edición, se elegirá la mejor cerveza IPA de Sudamérica, concurso para el cual ya se anotaron 300 cervecerías del continente y para el que los jueces elegirán a la mejor exponente.
Por si fuera poco, el 22 y 23 de febrero se realizará un Congreso del, que reúne como disertantes a especialistas nacionales Lúpulo –tales como Hernán Testa- e internacionales de la producción de variedades de lúpulo y cerveza artesanal. En este se plasma el trabajo que se desarrolla durante el año y que busca posicionar a El Bolsón a la vanguardia de la producción lupular y cervecera. Tiene por objetivo compartir, aprender, enseñar y mostrar la pasión por la actividad, con la convicción de abrir el debate y finalmente concretar el objetivo: una cerveza 100% elaborada en origen.
Los orígenes del lúpulo en El Bolsón
Amén de las razones históricas que llevaron a sus campos a poblarse del singular aroma del lúpulo, como de las condiciones geográficas que hicieron propicio su desarrollo productivo, hay una ligazón cultural entre esta planta y la comunidad que se expresa en diversas iniciativas que atraen a miles de visitantes de todo el mundo cada año: la elaboración en origen.
De principios del siglo XX, data la primera referencia que asocia a este lugar con la cerveza artesanal, y con ella, un nombre: Otto Tipp, un inmigrante alemán que llegó desde Chile con rizomas para cultivar lúpulo y que a partir de 1904 empezó a producir cerveza artesanal.
Según algunas reconstrucciones históricas, Otto Tipp formó parte de una camada de inmigrantes que decidieron establecerse en el lugar. Relatos memoriosos lo recuerdan en su casa, sembrando algunos bulbos de lúpulo que había traído desde Chile, cuyas plantas habría utilizado como enredaderas para dar sombra y en domésticas producciones artesanales de cerveza, que almacenaba en barriles de 200 y 300 litros. Se cuenta que cuando su cerveza estaba lista, en un improvisado mástil, Otto Tipp levantaba una bandera blanca para avisar a sus vecinos la buena nueva a modo de invitación para pasar a hacer la correspondiente degustación!
Hacia mediados de la década de 1950, el esloveno Leopoldo Léskovar, fue contratado por la maltería Quilmes para hallar los lugares ideales para la producción de lúpulo en el país. Tras varios intentos, recaló en El Bolsón donde quedó fascinado con estas plantas que crecían de manera silvestre.
Con una importante inversión, 40 fueron las hectáreas destinadas al cultivo de lúpulo a partir del descubrimiento de Léskovar, en lo que se considera un momento bisagra para la producción de este ingrediente fundamental de la cerveza artesanal en la región. El paso del tiempo fue llevando este cultivo a ciertas localidades del Corredor de los Andes.
Pioneros y vanguardistas: la primera cervecería artesanal del país
Hacia 1984, Juan Carlos Bahlaj -quien había arribado un año antes a la localidad-, inauguró la pionera cervecería “El Bolsón”. Con los años se convirtió en la cerveza artesanal más reconocida de la zona: no sólo por su sabor característico, sino por la propuesta turística de fabricarla a la vista de los consumidores en una pequeña planta al norte de la ciudad.
Nació como un emprendimiento recreativo para compartir con amigos y, poco a poco, fue abriendo caminos para nuevas iniciativas que cimentaron este perfil productivo de una localidad con mirada sostenible a la que esta “industria” le sienta a la perfección.
Actualmente, hay quienes dan un paso más, apostando a la producción de cervezas orgánicas: con ingredientes cultivados naturalmente, sin aditivos ni conservantes, haciendo uso del agua de deshielo proveniente de vertientes naturales, en el marco de procesos de fermentación que no son acelerados con ninguna sustancia externa.
También hay chacras que, además de producir lúpulo, generan propuestas agroturísticas, a través de las cuales propician la participación de los visitantes no sólo en la degustación de los productos, sino también en el proceso de elaboración hasta la obtención del producto final.
El lúpulo Andino
El lúpulo le da el aroma a la cerveza, su amargor característico. Menos conocido que el agua y la malta como ingrediente en la fabricación de la cerveza, el lúpulo es el componente básico para un avezado consumidor de esta bebida.
En los últimos años, en medio de un boom de la cerveza artesanal que llevó a que crecieran exponencialmente los bares específicos en las ciudades grandes y medianas, el lúpulo y el protagonismo de El Bolsón en este engranaje productivo, se ha disparado enormemente.
Se estima que la humedad del microclima andino brinda las condiciones propicias para la proliferación del lúpulo, más los mismos productores subrayan la iniciativa de los primeros emprendedores que lo fueron desarrollando en el lugar como un acierto sin precedentes.
Se trata de miles y miles de enredaderas de distintas variedades en todo el territorio de El Bolsón que son trabajadas por cientos de vecinos, entre quienes están los que siembran y cosechan, quienes alquilan sus campos, quienes venden la producción lupular y aquellos que fabrican y expenden la amplia variedad de cervezas que El Bolsón tiene para ofrecer
El Bolsón apuesta, continuamente, siendo un centro de recepción internacional de idóneos en la materia. Fundamentalmente, considerando al lúpulo un actor central en su vida cotidiana y su trayectoria socio-cultural, apadrinados por la Cordillera de los Andes Patagónicos.
Durante febrero, El Bolsón pone en primer plano a su producto estrella: la cerveza artesanal. De los cuatro componentes básicos que requiere la producción de esta bebida (agua, malta, levadura y lúpulo), la mayor producción de este último se concentra en El Bolsón y es distribuido a toda Sudamérica.
Es el mes donde históricamente sucede la cosecha de lúpulo, El Bolsón lleva a cabo su principal celebración: la Fiesta Nacional del Lúpulo, evento gratuito y de carácter familiar. En 2019, en el predio del Polideportivo Municipal se vestirá de fiesta entre el 22 y el 24 febrero con su cuadragésima quinta edición con la presencia de artistas de renombre como Los Pericos, Los Palmeras y Axel. Además, la Fiesta Nacional del Lúpulo es la excusa ideal para compartir una experiencia de tres días donde encontrar gastronomía local –incluyendo propuestas de alimentación saludable-, artesanías regionales, sector de juegos infantiles, espectáculos artísticos de gran calidad, intervenciones en vivo, y muchísimas sorpresas más.
En la misma se dará cita a más de 20 cervecerías artesanales de distintas partes del país, conformando el mayor patio cervecero Patagónico, entre las que contamos con las locales y regionales: diferenciadoras de acuerdo a su producción en pequeña escala, lo que preserva el espíritu y la tradición.
Ampliando la propuesta, paralelamente, del 21 al 23 se dará el Festival de la Cosecha del Lúpulo en su tercera edición. Este evento convoca, a cientos de personas de todo el mundo vinculadas a esta producción, con una innovadora propuesta: un genuino lupular, shows culturales, gastronomía local y, el ansiado producto final… la cerveza artesanal en El Bolsón. En el Festival de la Cosecha, la organización –a cargo de Matías Díaz y su equipo– ofrece a los visitantes subirse a un tractor, agarrar un machete e incluso recorrer 120 metros sobre una plantación lupular con una tirolesa.
La mejor IPA y Congreso para especialistas
Por primera vez, en esta edición, se elegirá la mejor cerveza IPA de Sudamérica, concurso para el cual ya se anotaron 300 cervecerías del continente y para el que los jueces elegirán a la mejor exponente.
Por si fuera poco, el 22 y 23 de febrero se realizará un Congreso del, que reúne como disertantes a especialistas nacionales Lúpulo –tales como Hernán Testa- e internacionales de la producción de variedades de lúpulo y cerveza artesanal. En este se plasma el trabajo que se desarrolla durante el año y que busca posicionar a El Bolsón a la vanguardia de la producción lupular y cervecera. Tiene por objetivo compartir, aprender, enseñar y mostrar la pasión por la actividad, con la convicción de abrir el debate y finalmente concretar el objetivo: una cerveza 100% elaborada en origen.
Los orígenes del lúpulo en El Bolsón
Amén de las razones históricas que llevaron a sus campos a poblarse del singular aroma del lúpulo, como de las condiciones geográficas que hicieron propicio su desarrollo productivo, hay una ligazón cultural entre esta planta y la comunidad que se expresa en diversas iniciativas que atraen a miles de visitantes de todo el mundo cada año: la elaboración en origen.
De principios del siglo XX, data la primera referencia que asocia a este lugar con la cerveza artesanal, y con ella, un nombre: Otto Tipp, un inmigrante alemán que llegó desde Chile con rizomas para cultivar lúpulo y que a partir de 1904 empezó a producir cerveza artesanal.
Según algunas reconstrucciones históricas, Otto Tipp formó parte de una camada de inmigrantes que decidieron establecerse en el lugar. Relatos memoriosos lo recuerdan en su casa, sembrando algunos bulbos de lúpulo que había traído desde Chile, cuyas plantas habría utilizado como enredaderas para dar sombra y en domésticas producciones artesanales de cerveza, que almacenaba en barriles de 200 y 300 litros. Se cuenta que cuando su cerveza estaba lista, en un improvisado mástil, Otto Tipp levantaba una bandera blanca para avisar a sus vecinos la buena nueva a modo de invitación para pasar a hacer la correspondiente degustación!
Hacia mediados de la década de 1950, el esloveno Leopoldo Léskovar, fue contratado por la maltería Quilmes para hallar los lugares ideales para la producción de lúpulo en el país. Tras varios intentos, recaló en El Bolsón donde quedó fascinado con estas plantas que crecían de manera silvestre.
Con una importante inversión, 40 fueron las hectáreas destinadas al cultivo de lúpulo a partir del descubrimiento de Léskovar, en lo que se considera un momento bisagra para la producción de este ingrediente fundamental de la cerveza artesanal en la región. El paso del tiempo fue llevando este cultivo a ciertas localidades del Corredor de los Andes.
Pioneros y vanguardistas: la primera cervecería artesanal del país
Hacia 1984, Juan Carlos Bahlaj -quien había arribado un año antes a la localidad-, inauguró la pionera cervecería “El Bolsón”. Con los años se convirtió en la cerveza artesanal más reconocida de la zona: no sólo por su sabor característico, sino por la propuesta turística de fabricarla a la vista de los consumidores en una pequeña planta al norte de la ciudad.
Nació como un emprendimiento recreativo para compartir con amigos y, poco a poco, fue abriendo caminos para nuevas iniciativas que cimentaron este perfil productivo de una localidad con mirada sostenible a la que esta “industria” le sienta a la perfección.
Actualmente, hay quienes dan un paso más, apostando a la producción de cervezas orgánicas: con ingredientes cultivados naturalmente, sin aditivos ni conservantes, haciendo uso del agua de deshielo proveniente de vertientes naturales, en el marco de procesos de fermentación que no son acelerados con ninguna sustancia externa.
También hay chacras que, además de producir lúpulo, generan propuestas agroturísticas, a través de las cuales propician la participación de los visitantes no sólo en la degustación de los productos, sino también en el proceso de elaboración hasta la obtención del producto final.
El lúpulo Andino
El lúpulo le da el aroma a la cerveza, su amargor característico. Menos conocido que el agua y la malta como ingrediente en la fabricación de la cerveza, el lúpulo es el componente básico para un avezado consumidor de esta bebida.
En los últimos años, en medio de un boom de la cerveza artesanal que llevó a que crecieran exponencialmente los bares específicos en las ciudades grandes y medianas, el lúpulo y el protagonismo de El Bolsón en este engranaje productivo, se ha disparado enormemente.
Se estima que la humedad del microclima andino brinda las condiciones propicias para la proliferación del lúpulo, más los mismos productores subrayan la iniciativa de los primeros emprendedores que lo fueron desarrollando en el lugar como un acierto sin precedentes.
Se trata de miles y miles de enredaderas de distintas variedades en todo el territorio de El Bolsón que son trabajadas por cientos de vecinos, entre quienes están los que siembran y cosechan, quienes alquilan sus campos, quienes venden la producción lupular y aquellos que fabrican y expenden la amplia variedad de cervezas que El Bolsón tiene para ofrecer
El Bolsón apuesta, continuamente, siendo un centro de recepción internacional de idóneos en la materia. Fundamentalmente, considerando al lúpulo un actor central en su vida cotidiana y su trayectoria socio-cultural, apadrinados por la Cordillera de los Andes Patagónicos.