La gastronomía en Brasil es un patrimonio al servicio del turismo

En un país como Brasil, donde la gastronomía es valorada positivamente por los visitantes nacionales y extranjeros, conservar formas y productos asociados a la cocina contribuye a mejorar la oferta turística y aumentar el movimiento de visitantes. En ese sentido, ocho identidades gastronómicas están protegidas por el Instituto del Patrimonio Histórico Nacional (IPHAN), siendo registradas como Bienes Culturales Inmateriales en el Libro de Registro del Conocimiento.

• Artesanía de los alfareros de Goiabeiras (Espírito Santo) - La producción artesanal de vasijas de barro de Goiabeiras, en Vitória, capital de Espírito Santo, utiliza técnicas tradicionales y materias primas del medio natural. Procedentes del saber indígena, los productos, modelados en barro siempre de la misma procedencia y utilizando herramientas rudimentarias, son elementos esenciales de la moqueca capixaba, principal plato típico local.

• Oficio das Baianas de Acarajé (Bahia) - Práctica tradicional de Salvador, capital de Bahia, presente en varias partes de Brasil, se trata de la producción y venta de los llamados “alimentos baiana”. El plato principal es el acarajé, un pequeño pastel de guisantes de carita preparado de manera artesanal, sazonado y frito en aceite de palma. El manjar se origina en el Golfo de Benin, en África, habiendo sido traído a Brasil durante el período de la esclavitud.

• Modo Artesanal de Hacer Queso de Minas (Minas Gerais) - La práctica, típica de las regiones de Serro, Serra da Canastra y Salitre, en Minas Gerais y que se basa en la tradición portuguesa de Serra da Estrela, es una característica llamativa de la identidad cultural local. Además, en varias zonas del estado se desarrollaron formas de elaboración propias, expresadas en el manejo, prensado y curado de la leche, que le dan un sabor especial al producto.

• Sistema Agrícola Tradicional del Río Negro (Amazonas) - Bien cultural anclado en el cultivo de la mandioca silvestre y basado en más de 22 pueblos indígenas ubicados a lo largo del Río Negro, en la región noroeste del estado de Amazonas. Las especificidades del sistema son la riqueza de conocimientos y la diversidad de plantas, además de la sostenibilidad de la forma de producción, que garantiza la conservación del bosque local.

• Producción Tradicional y Prácticas Socioculturales Asociadas a la Cajuína (Piauí) - La forma de elaboración y las prácticas socioculturales asociadas a la cajuína, bebida hecha con jugo de marañón, están presentes en los rituales de hospitalidad de las familias del estado de Piauí. El consumo del producto es un acto de degustación que suele ir acompañado de comentarios sobre las cualidades de las botellas del líquido, que se derivan del anacardo elegido y de las técnicas de cada fabricante.

• Manera de hacer calabazas en el Bajo Amazonas (Pará) - La producción artesanal de calabazas, desarrollada entre las comunidades indígenas de la región durante más de dos siglos, es practicada por mujeres de las comunidades ribereñas de Pará, aprovechando los recursos naturales disponibles. Las calabazas tienen varios usos, siendo el más común para servir Tacacá, un plato típico de la región, además de servir como fruteros, farinheiras y bocadillos, entre otros objetos.

• Tradiciones Dulces de la Región de Pelotas y Antiga Pelotas (Rio Grande do Sul) - Pelotas, en Rio Grande do Sul, está ubicada en el epicentro de una región dulce que abarca varios saberes e identidades, con tradiciones de dulces finos y dulces coloniales. Las artesanías marcan la trayectoria de las familias, principalmente de las zonas rurales. Además de Pelotas, el área incluye los municipios de Arroio do Padre, Capão do Leão, Morro Redondo y Turuçu, que también formaron la Vieja Pelotas.

• Sistema Agrícola Tradicional de las Comunidades Quilombolas del Vale do Ribeira (São Paulo) - Conjunto de saberes y técnicas de las comunidades quilombolas del sudeste del estado de São Paulo y el este de Paraná, en el Valle de Ribeira. Desde la época colonial, a orillas del río Ribeira do Iguape, los grupos han cultivado especies como yuca, maíz, frijol y arroz, siendo el formato tradicional de agricultura el eje estructurador del modo de vida local.

RECONOCIMIENTO - La riqueza culinaria nacional ya llevó a la inclusión de cuatro localidades brasileñas en la Red de Ciudades de la Unesco en la categoría de gastronomía: Belo Horizonte, Florianópolis, Belém y Paraty. Creada en 2004 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la red promueve la cooperación entre lugares de todo el mundo que tienen la creatividad como estrategia para lograr los objetivos sostenibles de la ONU.

Datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) señalan a la gastronomía como el tercer motivo de viaje en el planeta, moviendo alrededor de US$ 150 mil millones al año. En Brasil, el sector es uno de los rubros mejor evaluados por los extranjeros en el país. Según un estudio del Ministerio de Turismo, 8 de cada 10 turistas internacionales que llegaron a Brasil en 2019 aprobaron la cocina nacional.