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Robregordo, el balcón para disfrutar de la belleza del extenso Valle de Lozoya
A 87 km de Madrid, ubicado en la Sierra Norte, en el Valle Medio de Lozoya, este lugar promete un muy buen programa para relajarse un fin de semana o simplemente visitarlo y respirar naturaleza aislándose de la ruidosa ciudad, de las labores cotidianas, del estres y del trabajo.
21.01.2021 07:00 | Tursmo Robregordo - Ayuntamiento Robregordo |
La Sierra Norte es una comarca formada por 42 municipios, que ocupa el extremo septentrional de la Comunidad de Madrid. En una de sus seis regiones, en el Valle Medio de Lozoya, se encuentra Robregordo.
Uno de los tesoros de Robregordo es, sin duda, el entorno natural que rodea el municipio. Es tal la valía ambiental del municipio que buena parte del término se encuentra protegida, estando incluida dentro de la Zona de Especial Conservación (ZEC) “Cuenca del río Lozoya y Sierra Norte”, que forma parte de la Red Natura 2000. La Red Natura 2000 es una extensa “red ecológica”, configurada a nivel europeo, que tiene por objeto proteger y asegurar la conservación de las zonas con mayor biodiversidad de la Unión Europea.
El origen de su nombre no entraña ningún misterio. La enorme cantidad corpulentos robles distribuidos por todo el territorio, salpicado a su vez por jaras y rebollos, sirvió a sus fundadores para nombrar lo que se convertiría con los años en un punto estratégico entre las dos Castillas.
Entre otros enclaves, algunas de las zonas de mayor valor están en las partes más altas del término, incluidas dentro de los Montes Carpetanos. Esta línea de cumbres, que se inicia o finaliza en este municipio, marca la divisoria entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Segovia, extendiéndose desde el Collado de Quebrantaherraduras, justo al norte del Macizo de Peñalara, hasta el puerto de Somosierra, a lo largo de unos 50 km de longitud. A pesar de estar mucho menos frecuentadas que otros lugares de la Sierra de Guadarrama, estas altas cumbres esconden paisajes y enclaves de auténtica belleza, que bien merecen una visita.
Allí predominan los terrenos forestales con pinos, jaras o rebollos; en menor medida, los setos de encinas y robles, los pastizales y las praderas. Las tierras de cultivo son prácticamente inexistentes. Cruza el término de norte a sur el río Madarquillos con sus afluentes, los arroyos de Santo Domingo, de las Atalayas, Pilonzano y del Valle.
De norte a sur, lo atraviesa la Cañada Real Segoviana que pasa por el mismo pueblo, formando la llamada Calle Real, y sirve de dos descansaderos: el de la Cerrada y el de los Cercones. Otras muchas vías pecuarias recorren su territorio.
Sus campos, valles y montañas tienen algo que atrae, es la sensación de disfrutar un paraje natural en campo abierto. Fauna y flora de forma paralela llenan de vida loscampos con una magia irresistible. Sus colores cambiantes todo el año sorprenden, meses de mayo y junio con floridos retamares, otoños multicolores, su vegetación se convierte en una relajada sensación de bienestar. Sus acebos, en los meses cercanos al invierno con sus ramilletes rojos, el serval de cazadores, los majuelos etc,
El casco urbano también conforma parte del paisaje y del entorno, estando integrado en el medio. Está constituido por viviendas rurales y construcciones agropecuarias, fundamentalmente. Se trata de edificios de mampostería irregular, a veces enfoscada y a veces vista, con dinteles y jambas de madera de roble, aprovechando los materiales y recursos de la zona.
Un paseo por el municipio
Además de naturaleza, el municipio conserva sus rincones con historias y lugares dignos de ser visitados.
Iglesia Parroquial de Santa Catalina
Se trata de uno de los edificios más destacados del municipio, ubicado en la Calle Real. Se construcción se remonta a principios del siglo XVII, si bien ha sido remodelada posteriormente.
La edificación consta de tres naves, con soportes de madera. Sobresale su torre, de planta cuadrada y un solo vano central, con tres cuerpos. En el interior con un pequeño atrio-mirador de forma semicilíndrica se conserva una talla de gran valor (San Juanito y el cordero), así como otra talla barroca de la Virgen y una pintura de Cristo crucificado.
Calle Real
La calle principal del casco urbano cruza el pueblo de norte a sur. En ella, además de la Iglesia Parroquial de Santa Catalina, se pueden admirar diversas viviendas y construcciones tradicionales características de la Sierra Norte, con materiales de la zona.
Coincide la Calle Real con el trazado de la Cañada Real Segoviana, una de las Vías Pecuarias más destacadas de toda la Comunidad de Madrid. Esta antigua vía, por la que se desplazaba el ganado trashumante antiguamente, conecta el suroeste de La Rioja con la provincia de Badajoz, atravesando las provincias de Burgos, Segovia, Madrid, Toledo y Ciudad Real.
La línea Madrid-Burgos
Una de las construcciones de mayor importancia para el municipio fue la línea ferroviaria Madrid-Burgos, que hoy no se encuentra en funcionamiento. A su paso por Robregordo parte del trazado discurría por un llamativo viaducto, salvando un importante desnivel. Y muy cerca del casco urbano, al norte, se encuentra la entrada del túnel de Somosierra, por donde la línea cruzaba a Segovia.
La Fragua
Antiguamente Robregordo contaba con una fragua, al igual que otros tantos pueblos de la Sierra Norte. Era el lugar en el que trabajaba el herrero, encargándose de diversas tareas, como arreglar y “aguzar” diversos aperos de labranza empleados por los vecinos del municipio, como las rejas de los arados. A los herreros de Robregordo, al igual que a los de Somosierra, no les faltaba trabajo dada su cercanía al Puerto de Somosierra y al continuo tránsito de viajeros. Fabricaban también, sobre todo llegado el invierno, herraduras, clavos, picos, guadañas y otros utensilios que después vendían. Este lugar se convertía a menudo en punto de reunión para los vecinos del pueblo, especialmente si llovía y no se podía trabajar en el campo; en ocasiones se decía “día de agua, día de fragua”. En la actualidad está el edificio está ocupado por un alojamiento rural.
El potro de herrar
Junto a la fragua se ubicaba el potro de herrar. Gracias a esta ingeniosa estructura, cuyo diseño tiene siglos de antigüedad, se podía herrar de manera sencilla a vacas y bueyes (a los que se les colocaban los “callos”) y a caballos y mulas (a los que se les ponían herraduras).
Estas labores las desempeñaba con suma destreza el herrero, a menudo con ayudaba de los propietarios de las vacas o los caballos. El potro de herrar dispone de cuatro grandes pilares de piedra, entre los que se disponen varias vigas de madera. Resultaban fundamentales otras piezas como el “yugo” o “ubio”, donde se sujetaba la cabeza a los animales, o los “apoyamanos”, para colocar las patas que se iban a herrar.
El Corral de Concejo
Estuvo en funcionamiento entre el s. XVII y mediados del s. XX. El antiguo recinto donde se ubicaba, de altas paredes de piedra, se encuentra en ruinas y no tiene ningún aprovechamiento en la actualidad.
Durante años desempeño importantes funciones para el municipio, como el ordenamiento de las tareas de Robregordo, fue lugar de reuniones, salidas de «hacenderas» y distribución de personal a los puntos de trabajo. Desde este punto se llevaba a cabo la distribución del agua para el riego de las huertas existentes en torno al pueblo, hoy desaparecidas en su mayoría.
Área Recreativa El Plantío
El Área Recreativa El Plantío disfruta de una situación inmejorable. Se encuentra muy cerca de la parte alta del casco urbano, enclavada en un entorno de gran valor ambiental y paisajístico, junto al río Madarquillos, de limpias y rápidas aguas. Es un punto idóneo para iniciar las dos rutas señalizadas que recorren el municipio.
Existen varias mesas con bancos que resultan idóneas para comer o descansar, además de diversos columpios. El acceso se realiza a pie, desde el pueblo, al final de la Calle de la Iglesia cruzando la N-I a través de un túnel, o bien en coche, desde la N-I (la entrada está señalizada con un panel).
Dehesa Boyal
Cerca del Área Recreativa El Plantío, aguas arriba del río Madarquillos, se enclava la Dehesa Boyal de Robregordo. Se trata de uno de los espacios de mayor valor natural de todo el municipio, especialmente por las diversas especies de árboles que crecen en este lugar, entre los que destacan los acebos.
En este magnífico enclave se ubica uno de los mayores tesoros naturales de la Sierra de Guadarrama, la única acebeda que se puede contemplar en toda la Comunidad de Madrid, un espacio de gran valor que puede ser visitado a través de las rutas señalizadas. Son muchos los alicientes naturales que ofrece la Dehesa Boyal, además de los vistosos acebos, como otras especies de árboles (robles melojos, abedules, avellanos y tejos) y la interesantísima fauna que alberga este ecosistema, con la presencia de muchas especies de aves, mamíferos y reptiles, así como numerosos invertebrados de gran valor (como mariposas).
La información plasmada en esta nota fue tomada del sitio Oficial de Turismo de Robregordo y del Ayuntamiento de Robregordo